PREVENCIÓN
La hemofilia es una enfermedad genética, por lo que no se puede prevenir. Lo que reduce el riesgo de la hemofilia en un 70% es no tener ningún antecedente familiar. Situaciones como el embarazo, el cáncer, la esclerosis múltiple, las afecciones autoinmunitarias o las reacciones autoinmunitarias también pueden provocar que desarrolles hemofilia. Lo que si se puede prevenir o controlar son las hemorragias derivadas de padecer hemofilia siguiendo los siguientes consejos:
- Reconocer los síntomas de sangrado. La experiencia te hará reconocer si estás sangrando incluso antes de que aparezcan muchos síntomas. Los sangrados más habituales son los siguientes:
- Sangrado en una articulación (hemartrosis). Es la más común y las zonas más afectadas son los codos, las rodillas y los tobillos. Los síntomas más comunes son:
- Calor u hormigueo en la articulación en la fase inicial. Si no se trata puede progresar hasta un dolor intenso.
- Hinchazón e inflamación en la articulación. Si las hemorragias son continuas pueden dar lugar a un dolor crónico y a la destrucción de la articulación.
- En bebés o niños, el hecho de que no quieran mover una pierna o un brazo puede ser un síntoma de sangrado, especialmente cuando comienzan a caminar.
- Sangrado en la garganta o cuello. Puede afectar a la capacidad de respirar.
- Sangrado en un músculo (hematoma). Entre los síntomas destacan: moretones, hinchazón, endurecimiento del músculo, sensibilidad al tacto o dolor.
Es importante empezar con la infusión con factores de coagulación lo antes posible una vez haya comenzado la hemorragia. Ante cualquier duda y para la elaboración de un buen plan consulte a su proveedor de atención médica.
- Haciendo ejercicio pero con cuidado. Hacer deporte puede ayudarle a desarrollar unos músculos fuertes, mantener las articulaciones en buen estado y perder peso, lo que ayuda a reducir la probabilidad de las hemorragias. Es importante tener factores de coagulación y saber administrarlos en caso de que sufra alguna hemorragia.
Hacer estiramientos y precalentar con ejercicio suave puede ayudar a prevenir los sangrados. Las actividades recomendadas son: natación, ciclismo, caminar o tenis. Entre los deportes que implican un mayor riesgo de sangrado están: fútbol, fútbol americano, hockey, halterofilia o lucha libre.
- Tome los medicamentos asegurándose que no son prejudiciales y siguiendo las indicaciones. Es importante seguir las indicaciones del médico para tomar medicamentos no recetados para aliviar el dolor. Los médicos suelen recomendar acetaminofén para aliviar el dolor. Entre los medicamentos que las personas con hemofilia no deberían tomar están: aspirina, ibuprofeno (como Advil o Motrin), medicamentos que contienen salicilatos y otros medicamentos no esteroideos como Aleve.
- Prevenga lesiones y accidentes. Previniendo caídas y tomando precaución ante cualquier situación u objeto que le pueda provocar una lesión.
Persona con hemorragia |
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